martes, 17 de noviembre de 2015

Actividades pag 45

                                                                    ACTIVIDADES
1.

                                        DANI MARTÍN EL ETERNO REBELDE DEL POP
                                   Proyectos de Dani Mártin a lo largo de su carrera Musical

     
   Dani Marín tiene una música tan emotiva que hace llorar a el frente atlético ya que Dani        es  colchonero  es considerado eterno rebelde del pop es un cantante español nacido en          Madrid.
  Perdio a su hermana a los 16 años por culpa de las drogas y le dedico un tema en 1994 
 crea un grupo llamado El canto el loco su antiguo grupo en el que el era el solista pero en      septiembre del año 2009 el grupo  se separa para probar suerte en solitario en 2010 Dani publico  su primer sencillo tema 16 añitos .Compone sus propias canciones y actualmente Dani Martín ha  creado un concurso en el que sus fanáticos subirán vídeos a las plataformas digitales demostrando de que manera le "cambian el sabor al planeta", los ganadores verán sus trabajos recopilados en un material final que se rumorea será el vídeo oficial de la canción; adicional, por país se elegirá a un ganador que acompañará a Martín en el concierto que ofrecerá el 26 de septiembre de 2015 en la Plaza de Toros de las Ventas en Madrid en España como parte de la gira "La Cuerda Floja".Resultado de imagen de Dani marin


2.

La guerra, manual de instrucciones Titular 


Hay que llamar a las cosas por su nombre y tratar al enemigo como tal. La alternativa está clara: si no hay tropas en su terreno tendremos más sangre en el nuestro entradilla


Pues bien, aquí está la guerra.
Una guerra de un nuevo tipo.
Una guerra con y sin fronteras, con y sin Estado; una guerra doblemente nueva porque mezcla el modelo desterritorializado de Al Qaeda con el viejo paradigma territorial que ha recuperado el Estado Islámico (ISIS).
Pero una guerra, en cualquier caso.
Y ante esta guerra que no deseaban ni Estados Unidos, ni Egipto, ni Líbano, ni Turquía, ni hoy Francia, solo podemos hacernos una pregunta: ¿qué hacer? Cuando nos cae encima una guerra así, ¿cómo responder y ganar?
Primera ley: llamar a las cosas por su nombre. Al pan, pan, y al vino, vino. Y atrevernos a decir esa palabra terrible, guerra, frente a la que lo deseable, lo propio y, en el fondo, lo noble por parte de las democracias, pero también su debilidad, es rechazarla hasta los límites de su comprensión, de sus referencias imaginarias, simbólicas y reales.
La grandeza y la ingenuidad de Léon Blum, que en un famoso debate con Elie Halévy dijo que no lograba concebir —salvo como una contradicción— ni la idea misma de una democracia en guerra.
La dignidad y los límites de las grandes conciencias humanistas a finales de aquellos mismos años treinta, que vieron surgir, espantados, a Georges Bataille, Michel Leiris, Roger Caillois y otros colegas del Collège de Sociologie con sus llamamientos al rearme intelectual de un mundo que creía haber dejado atrás su parte maldita y su Historia.
Ahí estamos hoy.
Pensar lo impensable de la guerra.
Consentir esa contradicción que es la idea de una república moderna obligada a combatir para salvarse. Y pensarlo aún con más tristeza porque varias de las reglas establecidas por los teóricos de la guerra, de Tucídides a Clausewitz, no parecen servir para ese Estado fantoche que lleva la llama más allá en la medida en que sus frentes están desdibujados y sus combatientes tienen la ventaja estratégica de no establecer diferencias entre lo que nosotros llamamos la vida y ellos llaman la muerte.
Las autoridades francesas lo han comprendido, hasta en las más altas instancias.
La clase política ha aprobado unánimemente su gesto.
Quedamos usted, yo, el cuerpo social en su conjunto y en su detalle: queda la persona que, cada vez, es un blanco, un frente, un soldado sin saberlo, un foco de resistencia, un punto de movilización y de fragilidad biopolítica. Es desesperante, es atroz, pero así están las cosas, y es necesario actuar con la mayor urgencia.



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